EUROPA
PRESS
2 julio
2024
Si
tienes la menopausia la sauna te ayuda a perder peso
Una nueva investigación de la
Universidad de Massachusetts Amherst (Estados Unidos) realizada con ratones
sugiere que pasar tiempo todos los días en un ambiente cálido como una sauna
podría ayudar a los adultos mayores, especialmente a las mujeres, a combatir la
obesidad relacionada con la edad y la resistencia a la insulina. El estudio
muestra el potencial de los tratamientos térmicos como una forma sencilla de
promover un envejecimiento más saludable.
"En comparación con los hombres, las mujeres tienen una
mayor probabilidad de ser obesas o tener sobrepeso", recuerda el líder del
equipo de investigación Soonkyu Chung, profesor
asociado en el Departamento de Nutrición de la Universidad de Massachusetts
Amherst. "Esto es especialmente cierto después de la menopausia, debido a
la pérdida de estrógeno en el cuerpo. Nuestro estudio sugiere que la terapia de
calor para todo el cuerpo podría servir como una solución eficaz y no invasiva
para controlar el aumento de peso y la resistencia a
la insulina asociados con la menopausia". Rong Fan, candidato a doctorado
asesorado por Chung, presentará los hallazgos en NUTRITION 2024, la principal
reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición.
Los investigadores descubrieron que las hembras de ratones
mayores que recibieron un tratamiento de calor corporal de 30 minutos diarios
ganaron menos peso y mostraron un mejor uso de la insulina, que ayuda a
controlar el azúcar en sangre. Los investigadores también identificaron los
procesos biológicos responsables de estos efectos beneficiosos.
"La terapia de calor podría ser una opción práctica
para quienes tienen un aumento de grasa abdominal y un mayor riesgo de
enfermedades metabólicas provocadas por los cambios hormonales de la
menopausia", apunta Fan. "Podría integrarse fácilmente en las
prácticas sanitarias habituales mediante sesiones regulares en saunas, baños
calientes o envolturas térmicas especializadas".
Para el estudio, se extirparon los ovarios de ratones
hembras mayores para simular las condiciones posmenopáusicas. Para inducir el
aumento de peso, los ratones recibieron una dieta occidental que contenía un 45
% de calorías provenientes de grasas. Un grupo de ratones recibió 30 minutos
diarios de terapia de calor en una cámara de calor a 40º C?
durante 12 semanas, mientras que el otro grupo no recibió tratamiento térmico.
Los ratones que recibieron el tratamiento térmico no
mostraron daño tisular y mostraron niveles significativamente reducidos de
lactato deshidrogenasa, lo que indica un menor daño tisular relacionado con el
envejecimiento. La terapia también mitigó eficazmente el aumento de peso
inducido por una dieta rica en grasas.
En comparación con los ratones que no recibieron el
tratamiento, los que se sometieron a terapia de calor mostraron mejoras
significativas en la sensibilidad a la insulina y la señalización de la
insulina, así como una reducción de la acumulación de grasa en áreas clave como
el hígado y la grasa parda. Mientras que el tejido adiposo almacena energía, la
grasa parda es un tipo de grasa metabólicamente activa que ayuda al cuerpo a
quemar más energía. Las investigaciones han demostrado que las personas tienden
a perder grasa parda a medida que envejecen y cuando entran en la menopausia,
lo que contribuye a un metabolismo más lento.
Los investigadores también exploraron los mecanismos
moleculares involucrados en los efectos beneficiosos de la terapia de calor.
Descubrieron que el calor desencadena varios procesos moleculares que ayudan al
cuerpo a utilizar la energía de manera más eficiente y a quemar grasa. Un
factor clave es una proteína conocida como TRPV1, que funciona como un canal de
iones de calcio en la membrana celular. Cuando se activa con el calor, la TRPV1
inicia un proceso conocido como ciclo inútil del calcio, en el que el cuerpo
utiliza energía (en forma de ATP) para bombear iones de calcio a través de las
membranas celulares. Este proceso ayuda a aumentar la cantidad de energía que
el cuerpo quema.
La activación de TRPV1 y el posterior ciclo del calcio
también estimulan la descomposición y la quema de grasas. Esto reduce la
acumulación de grasa en tejidos como el hígado y ayuda a mejorar la
sensibilidad a la insulina del cuerpo, que es crucial para la salud metabólica
general. "Esta serie de eventos sugiere que la aplicación regular de calor
puede imitar los efectos de la quema de calorías y la pérdida de grasa",
apunta Fan. "Podría ser particularmente ventajoso para las personas a las
que las actividades físicas les resultan desafiantes, ya que proporciona una
forma relajante de mejorar la salud metabólica".
Los investigadores señalan que es necesario realizar más
investigaciones para determinar la duración e intensidad óptimas de la exposición
al calor en las personas para obtener beneficios para la salud y confirmar su
seguridad y eficacia en diversas poblaciones.